Los misterios de Udolfo de Ann Radcliffe

Título: Los misterios de Udolfo
Título original: The Mysteries of Udolpho
Autora: Ann Radcliffe
País: Inglaterra
Año de publicación: 1794

Esta novela gótica se desarrolla en el siglo XVI y está ubicada en Francia e Italia. La protagonista de la historia es Emily St. Aubert, quien luego de la muerte de sus padres enfrenta varias adversidades, la mayoría de ellas cometidas por el infame Montoni. Los elementos sobrenaturales (difusas figuras extrañas, voces y ruidos perturbadores, la amenaza del pasado) junto con el paisaje de la naturaleza son recurrentes y esenciales.

Gracias a las notas a pie, se sabe que la novela presenta varios anacronismos. Pero esto no es realmente importante, en la novela gótica el rigor histórico no es relevante (para eso está la novela histórica), este solo es utilizado como ambientación.

Al leer la novela se muestra un gran contraste entre la razón y la emoción; la ciudad, la sociedad vinculada con el vicio y la naturaleza ligada a la virtud. La mayoría de los personajes “desagradables”, y el propio antagonista, prefieren la ciudad y sus ostentaciones, sus excesos y las vanidades que ofrece. La ciudad y la sociedad se manifiestan como los grandes corruptores del carácter y la virtud. Hacen al ser humano arrogante, vanidoso, ambicioso y lo llevan al camino de la infelicidad. Mientras que la naturaleza se muestra como el lugar donde las personas alcanzan sus mejores cualidades, está libre de vicios y los paisajes que ofrecen llenan al personaje de sentimientos sublimes.

Mountainous landscape with waterfall por Johan
Christian Dahl (1812)

Los misterios de Udolfo me pareció una bisagra entre las ideas de la Ilustración y el Romanticismo. Si bien Emily trata constantemente de dominar sus emociones bajo la razón, no siempre lo logra. Sus emociones se exaltan más allá de su control manifestándose en forma de llantos (en serio, no sé de dónde saca tanta agua esta mujer), desmayos (los cuales me parecen muy cómicos, por cierto) y cae numerosas veces en la superstición. Además todos los fenómenos sobrenaturales tienen una explicación racional, primando así el dominio de la razón por encima de la emoción.

Los personajes son arquetípicos e inmutables, son iguales desde el principio hasta el final. Emily es la típica doncella en apuros enfrentándose a la opresión del tiránico Montoni. Pero aún así, Emily no es rescatada por ningún príncipe azul, ella pasa a través de las adversidades que Montoni le impone y gana. Aunque no de manera directa, el de ellos no es un enfrentamiento de ingenio y poder, la lucha de Emily es más de resistencia contra las injusticias de Montoni hasta que escapa de su yugo. A la larga, el virtuosismo de Emily demuestra sobreponerse ante la maldad y ambiciones de Montoni. Aunque yo esperaba un final más duro para este tirano que es asquerosamente arrogante (en serio, el tipo se cree un dios).

Lo que nadie te dice sobre esta novela es que es un ladrillo de cuatro volúmenes, está sobrepoblada de descripciones de paisajes (o sea, lo entiendo, la naturaleza provoca en las personas los mejores sentimientos pero… C'mon) lo cual se hace muy tedioso y también tiene un ritmo lento (el primer volumen no pasa casi nada, viajes y más naturaleza). Es una lectura recomendable y enriquecedora para los que quieren presenciar el tipo de estética que influyo en muchos autores y que es la semilla del género de terror moderno.

Como un dato curioso, Jane Austen satiriza esta novela en su obra La abadía de Northanger y dado que formo parte de la lectura conjunta #UnAnoConJane cuando llegue el momento de leer dicha novela creo que voy a apreciar mejor de lo que Austen se está burlando.