Antonio y Cleopatra de William Shakespeare

Título: Antonio y Cleopatra
Título original: Antony and Cleopatra
Autor: William Shakespeare
País: Inglaterra
Año de publicación: 1606

La tragedia tiene como trasfondo el conflicto bélico e histórico entre Roma y Egipto. Este último es parte del dominio romano. Y los tres triunviros que gobiernan Roma son Octavio César, Lépido y Marco Antonio. Mientras que Egipto esta bajo el gobierno de la reina Cleopatra, obviamente bajo el yugo de Roma, ella entabla una relación amorosa con Antonio.

A lo largo de la obra pude notar que está plagada de dicotomías como: la razón y la emoción, el choque de Roma contra Egipto, occidente contra oriente, Roma representando lo masculino (Octavio César) y Egipto lo femenino (Cleopatra). Y atrapado en mitad de estos dos mundos se encuentra Marco Antonio.

Roma tiene como esencia los valores bélicos, el honor y la compostura mientras que Egipto se caracteriza por su exotismo, la ostentación y la sexualidad femenina. Antonio siente una gran pasión por Cleopatra que lo llevan a descuidar sus deberes y responsabilidades como triunviro y cae en la tentación de la sensual tierra egipcia. Él no puede cohabitar ambos espacios —y lo sabe— lo cual lo lleva a que pierda su identidad. Antonio parece ser como una nube «Lo que ahora es un caballo, con solo pensarlo / al cambiar la nube de figura, / se vuelve indistinto, como el agua en el agua», su ser se difumina. Es sumamente consciente de que su identidad se pierde hasta deformarse pero no puede hacer nada para cambiarlo y como dice su seguidor, Enobardo «Solo Antonio que quiso su deseo / fuera señor de su razón»

La primera vez que leí esta obra, quede con la impresión que Antonio y Cleopatra se amaban y Octavio César era un ser despiadado. Pero con esta segunda lectura, no sé si lo que sientes estos dos personajes sea amor o lujuria. Es demasiado ambivalente. Pero no me queda duda de que Cleopatra es un personaje bastante complejo.

La reina de Egipto es mencionada y denominada varias veces por los romanos como prostituta, ramera, bruja o encantadora. No me extraña que desde el punto de vista general, romano y masculino, Cleopatra sea una arpía manipuladora. Y es que al poseer el corazón y voluntad de Antonio, Cleopatra tiene el control de un tercio del mundo. Pero desde el punto de vista de Cleopatra ¿por qué someterse al yugo de Roma? Ella hace lo que está a su mano para mantener su domino, y aún en su derrota no deja que César la exponga por las calles de Roma, denigrada y humillada, sino que elije el camino del áspid. De esta manera no es difícil de ver a Cleopatra como la figura de mujer empoderada, pero para mí es un poco más que eso. Ella me parece un agente desestabilizador, es un peligro para Roma por todo lo que representa y es odiada por eso, pero como bien manifiesta Charmian, mujer de su séquito, «el tiempo hace que odiemos / lo que tanto tememos». Cleopatra es odiada, sí, pero el tiempo le ha dado motivos para ser también temida.

Esta tragedia romana está plagada de ambivalencia, ambigüedades y oposiciones, pasiones, guerra y dinámicas de poder. Y como una de las mejores tragedias del canon shakesperiano su lectura y relecturas son siempre enriquecedoras.

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