Resumen de lecturas: Agosto

En este mes ya pude volver más o menos a leer algo que me apetecía. Aunque siento que me la pase dormido los primeros quince días del mes, ya que no toque un libro prácticamente. Aun así, estoy conforme con las lecturas de este mes, y tengo pensado varias cosas para incluir en el blog, a ver si las puedo ir sacando (en este sentido me doy ternura a mí mismo, soy un pobre ingenuo).

Las lunas de marzo de Sofía Aguerre. Esta novela, como ya mencione antes, la conocía desde hacía un tiempo ya, pero que tuve la oportunidad de leer gracias a la iniciativa de Judith, el Booktour Uruguay #2. Todo (creo) lo que tenía que decir sobre este libro, ya lo dije en la reseña.

La tregua de Mario Benedetti. Compre este libro por mera casualidad. Lo vi y dije: “está en mi lista de lecturas” y echo, compra realizada. Es una novela que está entre el “me gustó” y el “meh”. Es una novela muy urbana, de ciudad, gris. Una novela que retrata un Montevideo que es a la vez reconocible (encuentro muy placentero reconocer calles y lugares que se mencionan) pero a la vez un Montevideo algo distante en tiempo y en ambiente. La novela está impregnada de una cotidianeidad gris y la rutina, la frustración y las nulas perspectivas que existen para los individuos de esta sociedad. Pero dentro de todo el tedio de la vida, al protagonista se le concebirá un paréntesis de felicidad, una tregua.

Emma de Jane Austen. De la iniciativa Un año con Jane, desgraciadamente vengo muy atrasado. El libro de mayo-junio, Mansfield Park, se me hizo imposible leerlo, por falta de tiempo y ganas. Pero pude leer Emma, que es el libro de julio-agosto, en un tiempo considerablemente corto, ya que es un libro bastante largo. Termine esta novela hace solo un par de días y la comencé hace como diez. Pronto subiré la reseña (que no he redactado aún), pero que por ahora diré que es una novela que me sorprendió en varios sentidos.

Druida, Magnolia, y La liebre de marzo de Marosa di Giorgio. Estas tres obras están recopiladas en el libro Los papeles salvajes (que en sí, es la recopilación de toda la obra lirica de Marosa, pero yo solo leí las obras mencionadas). Ya con esos títulos sabía que la pluma de esta mujer me iba a gustar, pero al adentrarte en sus letras resulta algo extraño. Y es que su obra se reúsa a la clasificación. No son poemas (no están en versos) y tampoco son cuentos. Son relatos fragmentarios de prosa poética, pero como dije, son sumamente extraños, oníricos y que revelan un mundo interior, como a la vez, una peculiar forma de percibir la realidad.

La tempestad de William Shakespeare. Está obra de Shakespeare está lejos de ser una de mis preferidas, pero no por eso deja de ser interesante: presenta ambigüedades en torno a su género, juega con elementos mágicos y sobrenaturales, trata sobre la venganza y las relaciones familiares y es rica en interpretaciones poscoloniales (es más, los estudios poscolonialistas le han hincado el diente a esta obra como a ninguna otra).
La reseña la estaré subiendo mañana.