Coraline de Neil Gaiman

Título: Coraline
Título original: Coraline and the Secret Door
Autor: Neil Gaiman
País: Inglaterra
Año de publicación: 2002

Son pocas las adaptaciones cinematográficas que conozco más que sus libros. Y este es uno de esos casos, vi la película homónima del 2009 hace ya años, y pasó tiempo hasta que supe que era la adaptación de un libro. Y además, yo suelo realizar el proceso contrario: primero, leo el libro y después veo la película. Cabe mencionar que ambas obras me parecen muy buenas, pero no pienso realizar una comparativa entre libro-película, las cuales tienen sus diferencias. En fin, solo me encargare del libro. 

Para los que no estén muy enterados de que va el argumento, es más o menos lo siguiente. Coraline y sus padres se mudan a una casa enorme y antigua que se ha dividido en apartamentos. Como sus padres están muy ocupados con el trabajo y le prestan poca atención a su hija, Coraline se pone a explorar los alrededores y trata de acabar con el aburrimiento. De esta forma, conoce a sus vecinos: las señoras Spink y Forcible, dos actrices retiradas; y al señor Bobo, un anciano excéntrico que dice adiestrar ratones para que salten y toquen música. También conoce a un raro gato negro. El mundo de Coraline cambia y la historia comienza cuando ella encuentra una extraña puerta. 

La verdad es que Coraline recuerda mucho a Alicia en el país de las maravillas: ambas son chicas bastante curiosas y extrañas a su manera; el gato negro (en Coraline) tiene similitudes con el gato de Cheshire (en Alicia en el país de las maravillas), los dos mantienen conversaciones paradójicas de aire filosófico con las protagonistas; y además, tanto Coraline como Alice llegan a un mundo de maravillas (aunque no porque el lugar sea maravilloso tiene que ser positivo, para mí, tanto el mundo de Alice como el de Coraline son desagradables, cada uno a su manera), pero sus mundos difieren respecto a lo maravilloso y son muy distintos. El mundo al cual cae Alice predomina el nonsense (el sin sentido), mientras que el de Coraline, es bastante creepy (aterrador, espeluznante). Aunque si bien estas dos novelas tienen sus similitudes y son comparables, ambas son muy distintas, y creo que es un punto a favor del autor el crear una novela que puede (o no) dialogar con Alice, y que en su conjunto es bastante novedosa y original. 

Si bien el libro está catalogado como infantil (es más, Neil Gaiman comenzó a escribir el libro para su hija mayor y lo terminó años después para su hija menor), resulta bastante escalofriante de momentos. Tiene tintes góticos y se mezcla la fantasía con el terror, además la novela viene acompañada de ilustraciones, y algunas de ellas son bastante perturbadoras. 

Ilustración de Dave McKean

Ilustración de Dave McKean

La verdad, es que las novelas de Neil son algo siempre estoy dispuesto a leer, y su estilo en esta es algo que aprecio. Es un estilo sencillo y en el que no abundan las descripciones, solo las justas y necesarias. No hay una verborragia sentimentalista con respecto a Coraline, no se va a encontrar una descripción abundante de su estado de ánimo y sus emociones. Me gusta ese respeto al lector, uno tiene que razonar lo que piensa y siente Coraline a través de lo que ella dice y hace, y no a través de lo que nos dice el narrador. 

Otro punto que me pareció interesante, es que hay varias cosas que se dejan sin respuesta, por ejemplo: ¿qué o quién es «la otra madre»? ¿Qué es ese otro mundo al que entra Coraline? También al final, Coraline describe que uno de los fantasmas que la ayudan, que es una niña, tiene alas. Entonces, parece que «la otra madre» atrapa niños también de otros mundos que desconocemos, donde las niñas parecen tener alas. Y por último, cuando Coraline pasa a través de la puerta al otro mundo, dice sentir algo viejo y lento, algo más viejo y poderoso que ella y «la otra madre». Estas cosas no se responden, y me parece bien, ya que no hay forma coherente de que Coraline tenga conocimiento de estas. 

En fin, Coraline es un libro corto y sencillo pero tétrico y espeluznante por momentos, donde se mezclan la fantasía y el terror, creando así un mundo especial y de apariencia de ensueño. Lo único que tienes que hacer para quedarte es coserte botones en los ojos.