Un año del Blog
Los aniversarios y cumpleaños se recuerdan, celebran y festejan de algún modo. Yo el 12 de Julio, aniversario del blog, aprovechando que fue mi día libre, fui a ver al cine Los increíbles 2, sin nada que subir para este ente errante. Pero una semana después, algo a las apuradas, decidí redactar y subir mi experiencia en el año con el blog y el mundo blogger.
Hace años, desde que comencé a leer, más o menos, que frecuento blogs literarios: para leer alguna reseña y decidir si leo o no un libro, para ver que libros nuevos hay, etc. Y es por eso que estoy bastante familiarizado con los formatos, temáticas, estilos y demás. Desde que encontré este tipo de blogs me daban ganas de tener uno propio, pero nunca tuve la voluntad de hacerlo, más por pereza que otra cosa. Pero con el descubrimiento hace poco más de un año de la existencia de una comunidad blogger en Uruguay me decidí a lanzar mi propio blog.
Y en este año de experiencia he podido conocer a las maravillosas personas detrás de los blog.
No. Eso último es mentira.
La verdad es que apenas conozco un puñado de bloggers en persona. Y ni idea si son maravillosos o no, a los que conozco apenas si he cruzado dos palabras con ellos. No podría ser de otra manera, dado el ermitaño que soy por naturaleza (mi sueño es vivir en una casita en mitad de la nada de un condado inglés, con una biblioteca decente y conexión wi-fi).
Una de las cosas que me he dado cuenta al entrar en la comunidad blogger (porque formo parte de ella, aunque no interactúe con los integrantes) es que se hay muchos. Pero solo un puñado de ellos son los que me interesan y que siento que realmente aportan algo, que tienen una “voz propia”.
Una de las principales motivaciones de abrir el blog fue la idea de que podría hacer colaboraciones con editoriales y así tener libros. Pero ya va un año y no he hecho ni el más mínimo esfuerzo por contactarme con ninguna editorial y no tengo ninguna intención de hacerlo. Ya no tengo interés en realizar colaboraciones, estoy bien así.
Hace unos meses tuve un momento revelador con respecto al blog. Algo que ya manifestaba, pero de lo cual tuve consciencia de ello. En mayo de este año fue la segunda edición de la Librofest en la cual hubo una charla sobre reseñas y el método científico. La mesa estaba integrada por varios bloggers uruguayos y en ella se hizo una pregunta determinada, algo así como: “¿para qué público escriben? ¿Para quién escriben?” Yo me hice la misma pregunta (la cual difería de todos los miembros presentes).
Me di cuenta de que no escribo para nadie en especial. Escribo para mí mismo. Me da igual si mis reseñas las lee alguien o si influencian a ese alguien para leer determinado libro. Me percate de que escribo para manifestar, en unos cuantos párrafos, lo que me parece más relevante de una obra literaria. Hacerlo de manera crítica y concisa, breve pero no llana y sin entrar en demasiada profundidad, dado que requeriría una mayor extensión. Pero lo hago para mí y solo para mí, como una especie de catarsis y de satisfacción personal. Ese es mi objetivo a lograr en las reseñas del blog. Mi estilo y manera de escribir.
Esto no quita que me gusta que me lean, para nada, todo lo contrario, es muy gratificante, por más que sean solo una o dos personas.
Algo un poco frustrante es que quiero subir muchas entradas, no solo reseñas de libros sino que también de películas, series, especiales y algún que otro booktag, pero la realidad es que no tengo tiempo, y en muchas ocasiones, ni ganas. Ideas y demás cosas no me faltan: dentro de unos meses va a haber un mes con post especiales, hace tiempo estoy acariciando la idea de abrir cuentas de facebook y twitter, pero todavía no lo decido del todo, y tengo varias series que quiero reseñar. De a poco las iré sacando.
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