La hora de las brujas de Nicholas Bowling

Título: La hora de las brujas
Título original: Witchborn
Autor: Nicholas Bowling
País: Inglaterra
Fecha de publicación: 2017

—No hay duda de que el Diablo os ha enseñado las mejores astucias para ocultar vuestras artes.
[…]
—De modo que si encontráis lo que andáis buscando, se me acusará. Y si no lo encontráis, ¿se me acusará de ocultarlo? ¡Qué inteligente! ¡Y yo que creía que la astuta era yo!

«Alyce está encerrada en el manicomio Bedlam, muy enfadada, dicen algunos. Su madre fue quemada acusada de realizar brujería, su casa fue destruida y su espíritu aniquilado. Pero tal vez Alyce no esté tan desolada como parece.
La vista de dos extraños enmascarados le dará la oportunidad de escapar, y Alyce no la desaprovechará. Se verá obligada a huir a Londres, pero mientras descubre sus poderes de bruja, se da cuenta de que fuerzas poderosas la persiguen.» 

Esta novela se ambienta en el siglo XVI en donde la exploración y la colonización de América estaba en su cenit, en donde Europa se estremecía debido a cambios tecnológicos y culturales. Y en medio de todo eso, se perseguían y quemaban mujeres bajo el crimen de brujería. Se quemaban brujas. Pero esta novela no es una novela histórica, sino que es más que nada fantasiosa, pero es en este contexto en el que se desarrolla.

En esa situación se encuentra, la protagonista de la novela, Alyce. Su madre fue quemada en la hoguera y ella correrá la misma suerte si no huye. No tengo mucho que decir sobre Alyce como protagonista. Es una bruja inexperta que tiene que controlar sus poderes y etc., es una situación repetitiva que he visto en novelas similares, y que me hastía un poco. Aún así se llega a empatizar con Alyce, ella seguira adelante sin ser del todo feliz o plena, pero sí descubriendo, poco a poco, de lo que será capaz.

La situación de Alyce como bruja se plasma acorde a la época. Se quemaban y perseguían mujeres por tener conocimiento, por saber, lo cual va contra la norma, por salirse de lo establecido. Y todo bajo el ridículo fanatismo religioso. Que según ellos, las brujas son herejes por abandonar la fe cristiana y unirse al diablo en cuerpo y alma. Esto, de más esta decir, le parece una paparuchada a Alyce, ellas no hacen ningún pacto para obtener sus poderes. Ellas nacen de esa manera, es natural y sin elección. Además, antes de ser seres mágicos, brujas, ellas son seres que temen por su vida y luchan por sobrevivir cada día.

María Estuardo y la reina Isabel aparecen en la novela, y son personajes poco complejos, desgraciadamente. Se les da solo pinceladas sobre ellas, quedan un poco básicas y acartonadas, lo cual me deja insatisfecho para los tremendos personajes históricos que son.

Hopkins y Caxton son los antagonistas de la novela y ambos encarnan el mal puro. Hopkins es un cazador de brujas incansable, y que también se narra la historia desde su punto de vista, que no dudara en usar cualquier método para conseguir lo que quiere, aunque él es una simple marioneta al servicio de una bruja. Y Caxton es una espectral abominación salida de una pesadilla. Pero ambos encarnan la corrupción y la violencia física representativa de su tiempo.

Algo que si me pareció tedioso fue la visión estereotípica de la muerte. Usar la magia para traer a alguien a la vida es inmoral, monstruoso, contra natura y que trae consecuencias desastrosas. Es algo que ya se ha plasmado. Yo he visto, en series más que nada, como brujas traen de regreso a la vida a otras personas, ya que es un don, sin ninguna deformación física ni espiritual para ninguno de los involucrados, lo cual me parece más interesante e innovador que contar el mismo cuentito, como se hace acá.


Pero sin duda el punto fuerte de la novela es la ambientación y la época que se describe: la época isabelina. Londres es una ciudad sucia, maloliente, enferma (en varios sentidos) y eso se muestra muy bien. El ruido, la suciedad, la ropa, los barrios, los edificios y los habitantes se relatan muy bien, y hacen de la novela muy pintoresca. Y algo que, también, se muestra es muy bien es la ocultación del género, y la ciudad como forma de conseguir anonimato u otra identidad. La escena de la obra de teatro en Whitehall es muy de la época, y me encantó.

La novela es entretenida y se deja leer. Está bien, pero nada más.

Comentarios

Entradas populares

Brujas en la pintura

Hamlet de William Shakespeare

Coraline de Neil Gaiman