Zarzarrosa de Robert Coover

Título: Zarzarrosa
Título original: Briar Rose
Autor: Robert Coover
País: Estados Unidos
Fecha de publicación: 1996

Leí esta novela debido a una materia de la facultad, y fue un gran descubrimiento, ya que la novela me encanto. Es una novela claramente posmoderna y difícil de sintetizar, pero lo voy a intentar, sin éxito.

Zarzarrosa es una novela corta en donde la linealidad y la estructura fija no existen, y los personajes son difusos, oníricos y líquidos.

La novela es una recreación excelente del inmortal relato de la Bella Durmiente. Se narra cómo el Príncipe, atrapado en las zarzas, sueña con la gloria que le espera al encontrarse con la princesa; una Bella Durmiente, llamada Zarzarrosa, —tal vez— que no puede despertarse, soñando con un conjunto de príncipes que la besan; y la vieja hada bruja que se encuentra en los sueños de la princesa, entreteniéndola con antiguas leyendas de otras bellas durmientes. De esta manera la novela se estructura en base a las fantasías del príncipe, los despertares/sueños de la princesa y los cuentos de la vieja/hada/bruja.

El autor construye la novela en base a fragmentos y evocaciones, apuesta a borronear, dentro de la ficción, las líneas entre el sueño y la vigilia, la fantasía y la realidad. Y muchos de estos fragmentos y evocaciones parecen repetitivos, pero no los son. Las escenas son siempre diferentes. Se forma una proliferación de hechos variantes. Esto puede ser, tal vez, un poco engorroso para el lector a la hora de construir una historia única y unificada, ya que la historia cambia constantemente. Pero esta trampa no solo se le presenta al lector, sino que los personajes lo viven también. Para ellos, en especial para Zarzarrosa, les es imposible reconstruir una memoria, ya que carecen de una historia que los estes conteniendo.

Pero este recurso narrativo de una estructuración de la novela en una prosa repetitiva y fragmentaria no es solo un recurso técnico sino que también crea una especie de tiempo narrativo detenido, anclado en el tiempo. La historia no avanza y los personajes están encerrados en un ciclo onírico e irreal. Creándose así, un ambiente ambiguo, ya que es imposible saber qué es lo que sucede y qué es lo que se sueña. Pero que al final, no es realmente importante, dado que el relato se configura de esta manera.

Existe cierta naturaleza doble en los personajes. Zarzarrosa, por el nombre en sí, es una espina lacerante y una flor aterciopelada, ella es a la vez la espina y la flor, y esta oscilación entre la voluptuosidad y la laceración, entre placer y dolor, oscilación que el personaje presenta también, se da durante toda la novela.

También se da una ambigüedad entre el espacio y el personaje. Cuando el Príncipe se encuentra atrapado en el seto de zarzas, este unas veces es suave, sedoso y dócil: «Las ramas se abren como muslos, los sedosos pétalos acarician sus mejillas. […] Cuando las zarzas, mullidas con un repentino derroche de frescas flores, con sus espinas decorosamente enfundadas en la luz de la luna, se abren para recibirlo como podría hacerlo una madre amorosa, sólo siente el aguijón del desengaño». Pero otras veces el seto y las zarzas lo repelo, lo lastima, lo atrapa como a tantos príncipes anteriores. Esto también parecería trasladarse a Zarzarrosa, unas veces se presenta dócil y bella, otras sádica y violenta. Como dije, ella es la flor y la espina.

Si tienen la posibilidad de leer esta novela, háganlo, es muy interesante y vale por completo la pena para repensar un cuento clásico y tradicional.