La maldición del titán (Percy Jackson y los Dioses del Olimpo #3) de Rick Riordan

Título: La maldición del titán
Título original: The Titan’s Curse
Autor: Rick Riordan
País: Estados Unidos
Fecha de publicación: 2007

Cinco buscarán en el oeste a la diosa encadenada, 
Uno se perderá en la tierra sin lluvia, 
El azote del Olimpo muestra la senda, 
Campistas y cazadoras prevalecen unidos, 
A la maldición del titán uno resistirá, 
Y uno perecerá por mano paterna. 

«Ante la llamada de socorro de su amigo el sátiro Grover, Percy acude inmediatamente en su auxilio, Y aunque va acompañado de Annabeth y Thalia, las dos semidiosas que son sus aliadas, ninguno imagina la sorpresa que los aguarda: un terrible y olvidado monstruo pretende secuestrarlos y llevarlos ante el general enviado por Cronos, el diabólico señor de los titanes. Sin embargo, gracias a la ayuda de las cazadoras de Artemisa, Percy y sus aliados logran escapar y volver al campamento mestizo. Una vez allí, emprenderán la búsqueda del monstruo que puede provocar la destrucción del Olimpo, a pesar de que, según la profecía del Oráculo, solo uno de ellos logrará resistir a la maldición del titán.» 

En esta tercera parte de la saga la trama se desarrolla más y la narración toma un tono mucho más vertiginoso: se comienzan a avistar monstruos antiquísimos, el bando del titán Cronos se ensancha con cada semidios reclutado, y cada vez falta menos para que la gran profecía, que concierne a un semidios hijo de los tres grandes, o sea, Percy, hijo de Poseidón o Thalia, hija de Zeus, se cumpla. Así que debo decir que este libro me gustó mucho más que el anterior. 

Pero me di cuenta de que está novela sigue unos patrones iguales a las dos novelas anteriores. Cada vez que un ser amado de Percy corre peligro, él sale en su ayuda, sin importar las consecuencias. En el primer libro, la madre de Percy es tomada como rehén, en el segundo, Grover se ve atrapado en la cueva de Polifemo, y aquí, en el tercero, Annabeth es secuestrada por un esbirro de Cronos. Percy, y por ende la acción de la historia, se mueve por lealtad y amor a sus amigos y familia, la misión que tenia que realizar siempre fue algo secundario: encontrar el rayo de Zeus, el vellocino de Oro y liberar a Artemisa, siempre estuvo en un segundo plano. Sus amigos siempre fue la prioridad. 

En el libro anterior se introdujo la idea de que todos los semidioses tienen un “defecto fatídico”, un defecto en el carácter del héroe que lo lleva a una muerte prematura. El de Annabeth es la hibris, un orgullo desmesurado, el creer que lo puede hacer todo mejor que nadie, dioses incluidos. Y el de Percy es este, la lealtad personal. Él es incapaz de abandonar o traicionar a un amigo, y esto entra en conflicto cuando sus intereses personales no coinciden con los del Olimpo. 

Esta novela deja conocer a varios dioses: la feroz diosa cazadora, Artemisa, su hermano Apolo, el dios del sol, a la voluble diosa de la belleza, Afrodita, y a la madre de Annabeth, la diosa de ojos de lechuza, Atenea. Me resulta muy emocionante presenciar la aparición de los dioses. 

También se incluyen varios personajes, algunos tienen un protagonismo fugaz, y otros tienen su presentación, como Nico di Angelo, un semidios de descendencia incierta (hasta el final del libro, por lo menos), y Rachel Elizabeth Dare, una mortal que tiene un encuentro casual con Percy. Ambos personajes tendrán una relevancia importante en el futuro.

En fin, la novela en sí, es un punto de inflexión, una bisagra entre la historia porque la cuestión se está complicando, y todos los personajes se pondrán a prueba. Percy, Annabeth, Grover, Thalia, Nico, todo ellos deberán enfrentar grandes conflictos, muchas veces con ellos mismos.

Comentarios

  1. Algún día tendré que leer estos libros. Ese día no es hoy, pero algún día.

    Besitos ♥

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