Las lunas de marzo de Sofía Aguerre

Título: Las lunas de marzo
Autora: Sofía Aguerre
País: Uruguay
Fecha de publicación: 2015

«Mina está desesperada; su madre está enferma y siente que su idílica vida, en un bello pueblo de Austria, empieza a derrumbarse. Decide visitar a la bruja del bosque en busca de una cura milagrosa, pero acaba siendo testigo de un asesinato. A partir de entonces, todo parece volverse en su contra; no puede hablar de ello porque Maximilian Eisler, el asesino, ha entrado en su vida y está dispuesto a quedarse. Y por si no fuera suficiente, algo letal acecha en el bosque. Ella sabe que todo está relacionado, pero también que nadie va a creerla. No obstante, no va a rendirse tan fácilmente y pondrá todo su empeño en seguir la luz de las luciérnagas y resolver el misterio que han traído consigo las lunas de marzo.»

Conozco está novela desde hace un buen tiempo. En la página de la editorial, Escarlata Ediciones, encontré que estaba el primer capítulo y lo leí. Y siendo sincero, no me llamó mucho la atención. Se veía como cualquier otra novela juvenil. Pero luego “conociendo” a Sofía en el #Clubdelectura.uy (y por conocer me refiero a escuchar sus intervenciones en dicho club), de manera inconsciente, sabía que la novela no podía ser subestimada ni prejuzgada. Así que cuando Judith, del blog Zona Excéntrica, lanzo la segunda iniciativa de BookTour Uruguay, fui corriendo a sumarme. No tengo arrepentimientos.

Voy a empezar con las cosas que me molestaron de la novela, nimiedades, en sí, que me hacían ruido. En primer lugar (y esto es algo que me pasa con todas las novelas enmarcadas en el género): el lugar de la narración en una época pasada y la conciencia moderna que se impone, inevitablemente. Siempre me hacen ruido las novelas juveniles ambientadas en el pasado que tienen una conciencia de clases. Con esto me refiero al deseo de Mina de que los empleados del servicio la traten como una igual. Como dije, es una nimiedad, pero cuando uno lee una novela de época ve que las relaciones entre patrón-empleado eran otras. Aunque siendo justos con esta novela, no pretende ser una novela histórica.

Algo si un poco irritante eran las continuas las interrupciones (muy) oportunas cada vez que se estaba por revelar algo importante (tocaban la puerta, entraban a la habitación, etc.).

Otra cosa desconcertante o rara es el sentido intuitivo de Mina. Esto me dejo algo extrañado. Por ejemplo, Mina llega a la conclusión de que es ella quien corre peligro, y no su hermana, en base a un sueño. O sea, ¿quién decide que alguien es peligroso para uno solo porque lo soñó? Y el tema es que la mayoría de las intuiciones de Mina son acertadas.

Pero dejando de lado estas pavadas que me irritaron un poco, la novela muy entretenida, divertida y con puntos fuertes.

Antes de llegar al plato fuerte, que es Mina, me voy a detener para en los personajes masculinos. Todos son defectuosos, por cierto, y esto está bien. Hace un tiempo leí, y reseñé, Villette de Charlotte Brontë y me sucede algo similar aquí en relación a los personajes masculinos.

Karl es caballeroso, bueno y ama a Mina, pero eso no quiere decir que él sea el hombre para ella. Sí, la ama y todo muy lindo, pero Karl no la llega a entender. Sin hablar de la actitud de protección que toma, como algo que hay que cuidar y proteger, casi como un objeto. Es algo tan intrínsecamente básico que es hasta complejo: no por ser bueno y por amarla quiere decir que la otra persona te corresponda. El amor no funciona así ¿no? 

Guntram, el primo de Mina y que solo aparece sobre el final, es buen tipo y no tiene malas intenciones, pero a sus ojos, es justo que él herede todo porque es su derecho. Ese gesto lo dice todo, para él no es injusto que Mina y Katarina no hereden por el hecho de ser mujeres, es normal que ellas no tengan posesiones ni propiedades. Guntram está hecho en base a un sistema que todos conocemos: patriarcado.


Klaus, el padre de Mina y Katarina, no sé, me pareció un lelo. Dejo entrar a un completo desconocido en su casa y encima lo hace su mano derecha. No entiendo.

Y por último, Maximilian Eisler. Desde la primera interacción con Mina me generó rechazo, no me agrado, por más que ya se sabía que era un asesino. Pero se dan giros en la trama y se pone en duda de si es realmente el antagonista. Que quién lea el libro forme su propia opinión sobre él y saque sus conclusiones. Yo mantuve mi postura con respecto a Eisler hasta el final.

Maximilian me pareció un fantasma: todo lo que sabemos de él, es a través de Mina, obviamente. Y sus encuentros no son muchos, se cuentan con los dedos de las manos. Pero aunque aparezca relativamente poco, y dichas apariciones son cortas, se habla o Mina piensa en Maximilian constantemente. Y ella está en duda todo el tiempo con respecto a él: es bueno, es malo; está bien lo que hace o no. Aunque Eisler aparezca poco, está permanentemente presente. Y dicho sea de paso, cada vez que hacia acto de presencia y abría la boca quería golpearlo. Eisler es todo lo que está mal (para mí).

Mina es la voz narrativa, la protagonista y por lejos lo más interesante de la novela. No es perfecta, todo se le viene encima pero lo enfrenta de la manera que puede. Es algo triste ver lo sola que está, pero también muestra como se enfrentan los problemas: en soledad. No importa si tienes amigos y familiares apoyándote, al fin y al cabo, ellos no pueden solucionar tus problemas.

Mina puede parecer una mujer cargada de penurias y algo inútil, pero... no todas las mujeres pueden ser Wonder Woman y esto está bien, está perfecto. Aplaudo el proceder de Mina, porque hace lo que puede, intenta seguir adelante. Podemos criticarla o no, pero siempre es fácil criticar desde afuera.

Y celebro el final del libro también, con todo lo que implica. El final me dejo esa sensación, que no me lo generan todos los libros, de alegría-tristeza, ese nostálgico adiós al lindo universo creado, maravillosamente tejido.

Por último quiero destacar el nivel de engaño que hay detrás de la novela, me pareció genial. El juego de mascaras de varios personajes te vuela un poco la cabeza, muchos de ellos no parecen ser lo que aparentan. Aunque desde la perspectiva de Mina, desde su lugar, es todo lo que se puede saber y es todo el universo de la novela, y es por eso que el juego de mascaras puede funcionar y ser efectivo, si fuera una voz en tercera persona, dudo de que fuera funcional, o por lo menos, se ejecutaría de forma distinta.

Como dije en el principio, no tengo arrepentimientos de leer Las lunas de marzo es una novela plagada de misterios, buena ambientación, llevadera, divertida (me la pasé comentando boludeces en los márgenes de las páginas) y lo que es más: me demuestra que dentro del género juvenil se pueden hacer cosas buenas. Dentro de tanta mierda toxica y puramente comercial, que carga el género juvenil, esta novela te abofetea la cara mostrándote que hay cosas que valen la pena.

Comentarios

Entradas populares

Noche de epifanía de William Shakespeare

Booktag #1 Opiniones Impopulares

La señora Dalloway de Virginia Woolf