Hamlet de William Shakespeare

Título: Hamlet
Título original: The Tragedy of Hamlet, Prince of Denmark
Autor: William Shakespeare
País: Inglaterra
Fecha de publicación: 1601

«Algo podrido hay en el reino de Dinamarca» («Something is rotten in the state of Denmark») Esta es una frase de esta obra, que aparece en el Acto I, Escena V, y que creo, engloba perfectamente todo lo que sucede en la obra, y no por nada la obra es una tragedia. Dinamarca está infectada, podrida y corrompida por la traición, la corrupción, el incesto. Una víbora venenosa ha asesinado al padre de Hamlet, el rey, usurpado el trono y casado con la reina. La muerte de su padre, la boda de su madre con su tío pocos meses después del funeral y el descubrimiento de que su padre fue asesinado desatan en Hamlet, y es el motor de la obra en sí, una variedad de conflictos. 

Por supuesto, Hamlet es la figura central de la obra y muestra, declama y simboliza muchas cosas. Para mí una de los aspectos más obvios de muestra Hamlet es el dolor, la melancolía y su conflicto interno a raíz de la muerte de su padre (una amiga me dijo que era un príncipe que lloraba por los rincones). Desde que aparece en escena Hamlet no deja de manifestar diálogos oscuros, teñidos de melancolía y que llegan hasta un punto filosófico. Claro ejemplo es su famosísimo soliloquio del «ser o no ser (to be or not to be)» (que dicho sea de paso, Hamlet no recita este soliloquio con el cráneo de Yorick en la mano, como es la creencia común). Hamlet tiene diálogos realmente funestos como cuando dice que las personas no son más que la cena de los gusanos, «Vuestro gordo rey y vuestro flaco pordiosero no son más que diversos manjares, dos platos para una misma mesa; ese es el fin». El príncipe de Dinamarca parece decir que en la muerte, todos terminamos igual, sin importar las diferencias terrenales.

Algo que también se puede notar en esta obra es el conflicto que Hamlet tiene con su madre, bastante edipico, y lo que eso desata. Su madre, la reina Gertrudis al morir su marido se casa con su cuñado, el tío de Hamlet, Claudio. Se puede ver el malestar casi infantil de Hamlet. Pero este hecho transforma al protagonista, parece perder toda esperanza en las mujeres, viéndolas como rameras, siendo un misógino. Y esto se ve reflejado en su relación con Ofelia. No se sabe cómo era su relación, ya que sucede antes de la historia de la obra, al parecer Hamlet cortejaba a Ofelia y le dedicó en el pasado poemas pero por lo que se ve y muestra en la obra, se puede discutir hasta la saciedad si Hamlet está enamorado de Ofelia o no. Pero lo que sí, es que Hamlet muestra bastante rechazo, llegando al punto de pedirle a Ofelia que se vaya a un convento (lo cual tiene un doble sentido, ya que muchos conventos en la época funcionaban como prostíbulos). Al ver como su madre “traiciona” a su padre, Hamlet pasa a despreciar a todo el género femenino «fragilidad, mujer te llamas» («Frailty, thy name is woman») (Act I, Esc, II).

Si bien la reina, Gertrudis a ojos de Hamlet, al casarse con Claudio, pasa a ser una ramera, esto es solo desde su punto de vista, y no hay que caer en todo lo que Hamlet dice. En la obra no se da indicios de que ella tenga conocimiento de que Claudio haya matado al anterior rey, padre de Hamlet. Y tampoco se muestra enamorada de Claudio. Para mí es solo una mujer que se amolda a los acontecimientos y al momento.

Ofelia es otro personaje femenino muy interesante. Ella desde el comienzo es gobernada e influenciada por hombres: su hermano, Laertes; su padre, Polonio; y su enamorado, Hamlet. Pero cuando estos desaparecen, su hermano se va del país, su padre es asesinado y Hamlet la abandona, ella desespera, cae en la locura. Sin un poder masculino Ofelia queda a la deriva, no sabe qué pensar o qué hacer. Al estar siempre sujeta a dicho poder, Ofelia no tenía modo de desarrollar otra forma de vivir.


Sacando los valores elevados (venganza, traición, corrupción moral) que puedan no encajar en tiempos modernos, Hamlet pone en la mesa cuestiones relevantes: la igualdad humana frente a la muerte, el deseo, la importancia de los puntos de vista, el domino del hombre sobre la mujer y la mirada prejuiciosa y absoluta de este.

Comentarios

  1. Hola! Bueno, esta sí la leí (?, pero para el liceo, así que obviamente ni la recuerdo bien ni la disfruté demasiado, así que debería releerla. Gracias por tu reseña ♥.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas populares

Brujas en la pintura

El castillo de Otranto de Horace Walpole

Perdida de Juana de Ibarbourou