Jane Eyre de Charlotte Brontë

Título: Jane Eyre
Título original: Jane Eyre: An Autobiography
Autora: Charlotte Brontë
País: Inglaterra
Fecha de publicación: 1847

No soy ningún pájaro, ni nadie me ha echado la red. Soy un ser humano libre, con voluntad independiente, y esa voluntad, que no necesita de permisos, la estoy ejerciendo ahora: me voy de su lado porque quiero.

«De Jane Eyre (1847), ciertamente una de las novelas más famosas de estos dos últimos siglos, solemos conservar la imagen ultrarromántica de una azarosa historia de amor entre una institutriz pobre y su rico e imponente patrón, todo en el marco truculento de una fantasmagoría gótica. Y olvidamos que, antes y después de la relación central con el volcánico señor Rochester, la heroína tiene otras relaciones, otras historias: episodios escalofriantes de una infancia tan maltratada como rebelde, años de enfermedad y aprendizaje en un tétrico internado, inesperados golpes de fortuna, e incluso remansos de paz familiar y nuevas —aunque engañosas— proposiciones de matrimonio. Olvidamos, en fin, que la novela es todo un libro de la vida, una confesión certera de un completo itinerario espiritual, y una exhaustiva ilustración de la lucha entre conciencia y sentimiento, entre principios y deseos, entre legitimidad y carácter, de una mujer que es la «llama cautiva» entre los extremos que forman su naturaleza.»

Recuerdo que leí está novela, hace unos años, justo después de haber terminado de leer Cumbres borrascosas, y que me gustó más la novela de Charlotte que la de Emily. Más que nada, porque me apasionaba más la historia de amor, me parecía más "linda" (y quede aún más enamorado después de ver la película de 2011, protagonizada por Mia Wasikowska y Michael Fassbender). Pero ahora, al releerla, pude ver cosas cuestionables del señor Rochester, y además, como dice la sinopsis, hay cosas muy interesantes aparte de la apasionante historia de amor.

Primero que nada, el estilo con el que está escrita la novela es hermoso, queda patente de que Charlotte era una gran novelista y escritora. Y se da una legitimidad a la emoción. La novela está contada desde la perspectiva de Jane, desde su lugar. El universo ficcional es su propia conciencia, sus emociones y sentimientos, sus impresiones, lo que ella cree que es correcto o injusto. La realidad que se molde es la suya, y la novela entera se puede ver como una defensa a la narración subjetiva. Y de ahí viene uno de los motivos por lo cual esta novela se tuvo que publicar bajo un seudónimo: si Charlotte hubiese publicado con su nombre, lo más probable es que la novela fuera catalogada como una obra de segundo grado, menor, una novela sentimental; en cambio, al usar un nombre masculino, le da derecho a escribir sobre las emociones y sentimientos de una mujer sin decaer en calidad literaria.

Jane es, obviamente, la protagonista y de ella quiero hablar, extensamente. Jane es una huérfana, pobre, poco atractiva y, al principio de su vida, poco querida. Tiene un carácter que tiende a la docilidad y a la obediencia, mientras eso no vaya en contra de sus principios, pero es apasionada, indómita y con voluntad férrea. Ella se gana la amistad y el amor de sus allegados, no por su apariencia (ya que le juega en contra, por no ser bella) sin por su comportamiento y personalidad. Jane tiene cierto aire de rareza, de singularidad, y en más de una ocasión se la compara con un hada (y esto me hizo pensar en Las nieblas de Avalón, ya que el pueblo de las hadas se caracteriza por ser poco atractivos). Jane puede parecer una persona de carácter sumiso y frío, pero no lo es, o por lo menos, no del todo.

Se ha visto a esta novela como una obra protofeminista. Y es que Jane se abre paso por el mundo, de forma independiente y autónoma. Ella está sola en el mundo, sin amigos ni relaciones, así que tiene que valerse por sí misma. El trabajar de institutriz le da independencia económica, pero también muestra las pocas opciones que tiene y las limitaciones que conlleva ser una mujer de sus condiciones en la época victoriana. Si bien Jane tiene independencia económica, no tiene una libertad completa, tiene limitaciones, y es ahí en donde la novela es un gran grito de inconformismo.

en esos momentos ansiaba con ardor tener un poder de visión capaz de superar aquellos límites y llegar más allá, a las regiones y ciudades efervescentes de vida, de las que había oído hablar pero nunca me había sido dado a conocer. [...]
No sirve de nada afirmar que para los seres humanos debe suponer satisfacción suficiente el haber alcanzado la tranquilidad. Necesitan acción, y si no consiguen hallarla, la inventan. [...] Se da por supuesto que las mujeres son más tranquilas en general, pero ellas sienten lo mismo que los hombres; necesitan ejercitar y poner a prueba sus facultades, en un campo de acción tan preciso para ellas como para sus hermanos.

Sí, Jane puede tener un trabajo, pero el sueldo es misero que restringe todo su campo de acción. Además, ser institutriz es el único trabajo que ella puede ejercer. Un hombre tiene la libertad de seguir cualquier profesión y viajar a donde les plazca. Jane no tiene forma de hacer eso de forma independiente. Pero, aun así, ella legitima su espacio y su voluntad, dentro de sus limitaciones ella consigue seguir sus principios, conservar su autonomía.


Las dinámicas de poder que se dan entre Jane y Rochester son muy interesantes. Rochester cuenta con la autoridad masculina, por lo tanto manda, sin mencionar que es el patrón de Jane. Jane puede parecer sumisa pero es ella quien tiene las riendas de la relación, y su obediencia es una cara de su docilidad. Jane se adecua al carácter de Rochester para relacionarse con él de la mejor manera, para manejar las situaciones de mejor forma. Rochester puede ordenar a qué hora verse para tomar el té etc., pero no está en su poder doblegar su voluntad, ella nunca permite se viole su libre albedrío. De ahí lo indómito y rebelde de Jane, ella es quien pone los términos.

—¡Nunca — exclamó entre dientes—, nunca jamás se ha visto una cosa tan frágil e indómita al mismo tiempo! Parece un junco entre mis manos, podría aplastarla entre el índice y el pulgar. ¿Pero de qué me serviría doblegarla, machacarla, hacerla trizas? Fíjate en esos ojos, Edward, en el ser decidido, salvaje y libre que alienta a través de ellos, y que te desafía con algo más que coraje: con la seguridad de la victoria. Haga lo que haga con la jaula, nunca podré aprisionar a la hermosa e indomable criatura que está adentro. Si rompo la frágil prisión, mi cólera sólo conseguiría haber dejado en libertad a la prisionera. Podría allanar la morada, pero su inquilina se escaparía al cielo antes de que yo pusiera un pie en esa vivienda asentada por el barro. Y es a ti, espíritu puro, enérgico y terco, es tu voluntad y fortaleza lo que ansío conquistar, y no tu cuerpo quebradizo.

Comentarios

  1. Tengo muchas, muchas, muchas ganas de leer Jane Eyre. Y tu reseña me dejo hypeada 100%.

    Nos leemos, besotes

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    1. Ojalá lo puedas leer pronto, la novela no decepciona.
      Nos leemos!

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  2. Hola! La verdad es que lo tengo MEGA pendiente. Incluso lo tengo en casa y todo, pero el momento no ha llegado. Eso sí, ganas tengo. Preciosa reseña!
    Un besote

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    1. Hola.
      Bueno, gracias! Es una novela hermosa, así que seguro la vas a disfrutar, sea cual sea el momento en que lo leas.
      Saludos!

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