El hijo de Neptuno (Los héroes del Olimpo #2) de Rick Riordan
Título original: The Son of Neptune
Autor: Rick Riordan
País: Estados Unidos
Fecha de publicación: 2011
Vayan a Alaska,
Busquen a Tánatos y libérenlo,
Vuelvan para el anochecer del 24 de junio o morirán.
«¿A qué juegan los dioses del Olimpo? Gea, la madre Tierra, está despertando a un ejército de monstruos para acabar con la humanidad… y ellos se entretienen mareando a los semidioses, los únicos que pueden derrotar sus perversos planes.
Ahora han mandado a Percy al campamento Júpiter casi sin recuerdos y con la inquietante sensación de que él, el griego, es el enemigo. Por suerte, contará con el apoyo de Hazel, una chica nacida hace más de ochenta años, y de Frank, un muchacho que todavía no sabe muy cuáles son sus poderes (ni si los tiene).
Juntos deberán emprender una peligrosa expedición para liberar a Tánatos, el dios de la muerte, de las garras de un gigante…»
Este segundo libro de la saga, sigue un esquema similar al anterior. En El héroe perdido los protagonistas, y narradores, son tres: Jason, Piper y Leo, que también son tres de los héroes de La Profecía de los Siete. Además, Jason es introducido al mundo griego sin recuerdos, y aquí ocurre lo mismo con Percy. Él es arrojado al mundo romano casi sin memoria y con la sensación de que ese lugar es un peligro para él. Ya leyendo el libro anterior, se puede vislumbrar la estrategia de Hera/Juno: unir los campamentos griegos y romanos (que no tienen conocimiento de la existencia del otro) al intercambiar a sus mejores héroes entre sí. Jason va al Campamento Mestizo, y Percy al Campamento Júpiter. Todo esto para poder derrotar a los Gigantes y a la Madre Tierra, Gea, ya que separados, los campamentos (y el mundo en sí) están destinados al fracaso.
Lo griego, representado con la saga anterior (Percy Jackson y los Dioses del Olimpo), contrasta con esta nueva visión del mundo. El Campamento Júpiter es un calco de lo que fue la República Romana, y el Campamento Mestizo representa más a los pueblos griegos (que eran varios), y se manifiesta en la pluralidad de cabañas del campamento y la libertad institucional que tienen. Además, la concepción de los dioses en una y otra mitología son distintas. Ya se conoce como son los dioses de la mitología griega: más humanos, caprichosos, egoístas, pasionales y entrometidos en la vida de los mortales. Mientras que aquí, los dioses romanos son más parcos, distantes, disciplinados. Y su trato con los semidioses es también distinto, ya que no bajan a la tierra con tanta frecuencia como los griegos, y el que ellos hagan una aparición física en el mundo se toma como mal augurio y/o como un acontecimiento de muchísima importancia (como lo era en la concepción romana de los dioses).
Los tres protagonistas de esta novela son Percy, Hazel y Frank. Percy sigue siendo el mismo de siempre: estúpido, gracioso, leal y poderoso, solo que sin recuerdos (excepto uno, el rosto de una chica rubia y de ojos grises). Percy demuestra ante los romanos que es un semidiós muy poderoso, haciendo que Frank se sienta inferior a él, pero ya conocemos el defecto fatídico de Percy: la lealtad excesiva. Percy sacrificaría al mundo con tal de salvar a sus amigos, es incapaz de abandonarlos o darles la espalda. Y esto es fatal, ya que Gea puede manipularlo con mucha facilidad, llegando a llamarlo “su peón”, siendo el héroe de los siete al que mejor puede manejar. Percy es consciente de que su enemiga lo ve como una mera pieza que, llegado su momento, puede desechar sin dificultad, así que tendrá que lidiar con ello.
Hazel Levesque, es hija de Plutón (el aspecto romano de Hades), lo cual es ya en sí un conflicto (por todo lo que sucede con los hijos de los Tres Grandes), pero tiene su explicación, la cual está en su pasado. Hazel tiene la capacidad de extraer minerales preciosos de la tierra, pero estos vienen con una maldición. Esta maldición fue la consecuencia de un deseo que su madre le pidió a su padre, Plutón. Hazel tuvo que pagar las consecuencias: la amargura que su madre desarrolla hacia ella, y el rechazo de los chicos de su edad, debido a la mala reputación que va generando.
Además, Hazel, que también es hermana de Nico, muestra otro lado del Dios del Inframundo. Nico es más sombrío y muestra una inclinación por los poderes de las sombras y los muertos. Mientras que Hazel desarrolla poderes más relacionados a la tierra: puede orientarse en los subterráneos y cuevas, como también manipularlos (lean el libro para saber más), además de la ya mencionada habilidad para extraer minerales preciosos (Plutón es también considerado el dios de las riquezas).
Frank Zhang es el tercer protagonista y que al principio no conoce quién es su padre divino, pero el desea que sea Apolo (ya que él es muy bueno con el arco). Frank es grande, torpe e inseguro. No confía en sí mismo, pero para Gea es, de los siete semidioses, el más peligroso. Es la variable que no puede controlar, lo prefiere muerto dado que no tiene debilidades que pueda explotar, como si tienen los otros semidioses de la profecía (Jason, Percy, Piper, Hazel, Leo). Frank tendrá sus flaquezas, pero tiene un don familiar que tiene que desarrollar, y aunque se sienta inferior a Percy, él es capaz de realizar acciones que Percy no podría. Sin Frank, la guerra se torcería, y el mundo caería en desgracia.
Los Gigantes siguen apareciendo. Y en este segundo libro, hacen acto de presencia Polibotes y Alcioneo (los gigantes creados para destruir a Neptuno y Plutón, respectivamente). Percy tendrá que enfrentar a la antítesis de su padre, al igual que Hazel. Pero ella tiene la presión extra de sentir que el resurgimiento de Alcioneo es, en parte, por su responsabilidad. Los tres personajes tienen sus debilidades e inseguridades, pero está en ellos el poder sobrellevarlos como mejor puedan.
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