El nombre del mundo es Bosque de Ursula K. Le Guin

Título: El nombre del mundo es bosque
Título original: The Word of World is Forest
Autora: Ursula K. Le Guin
País: Estados Unidos
Fecha de publicación: 1972

…y sobre todo Athshe, que significaba el Bosque, y el Mundo. De modo que tierra, terra, tellus significaba a la vez el suelo y el planeta, dos significados y uno. Pero para los athshianos el suelo, la tierra, no era el lugar adonde vuelven los muertos y el elemento del que viven los vivos: la sustancia del mundo no era la tierra sino el bosque. El hombre terráqueo era arcilla, polvo rojo. El hombre athshiano era rama y raíz. Ellos no esculpían imágenes de sí mismos en la piedra; sólo tallaban la madera…

«El nombre del mundo es Bosque descubre un universo dinámico y en equilibrio que se mantiene en el tiempo de acuerdo con leyes propias que no admiten la intromisión del hombre. En el planeta Athshe, el ciclo de la vida, la cultura, las costumbres, los modos mentales nacen y se desarrollan en la estabilidad autónoma del cosmos.»

Después de esto, es bastante obvio que la novela tiene como principal trasfondo el medio ecológico. El planeta Athshe es habitado por una raza humanoide (que evolucionaron a partir de la antigua colonización humana) que se caracterizan por medir un metro de altura, tener la piel verde, y poder dominar el sueño lúcido. Además, es también una sociedad que carece de poder centralizado y no recurren a la violencia. Pero su ecosistema y su forma de vida es drásticamente alterada cuando una nueva tropa de terráqueos llega al planeta para explotar tanto la tala de árboles como a los habitantes usándolos como mano de obra barata.

Ya en la anterior novela que leí de la autora, Los desposeídos, se ve un interés por el medio en el que se vive. Pero aquí ese interés por lo ecológico está en su máxima expresión, pero eso también incluye la delicadeza de dicho ecosistema. La intervención exterior y brusca del ser humano no solo destruye el suelo, sino que también la flora, fauna y la vida de los athshianos. La mayoría de los terrícolas están interesados solo en los fines prácticos de la desforestación, sacrificando la vida de seres que consideran inferiores. Estos ideales imperialistas se encarnan en el capitán Davidson, que también es implacablemente cruel, violento y machista.

Pero decir que todos los terrícolas juegan el papel de malos es caer en generalidades y, por lo tanto, falaz. Hay personajes que no desean la destrucción del ecosistema ni tampoco la explotación de los habitantes autóctonos. Raj Lyubov es un antropólogo interesado en la cultura de los athshianos, llegando al punto de llegar a convertirse en amigo de uno, Selver. El problema está en que es la gente materialista la que ocupa los puestos de poder. Lo cual me lleva a otro punto interesante de la novela: el lugar que ocupa la mujer.

Del lado colonizador, las mujeres no tienen ningún puesto de poder. Es más, las mujeres prácticamente no existen, y su inclusión es degradante. Las mujeres son solo meras cabezas de ganado, cuya utilidad depende del hombre, pero se reduce solo a dos posibilidades: como objeto sexual para la satisfacción del deseo masculino y como vehículo procreador, para la reproducción. Aunque para los personajes de la calaña de Davidson, su función se inclina por la primera opción.

Pero las mujeres en la sociedad Athshe es totalmente diferente. Es una sociedad matriarcal en donde las tribus son administradas por una matriarca, y además las mujeres parecen encargarse también de la caza. Mientras que los hombres cargan con la función de consejeros y se dedican a ser soñadores (expertos del tiempo-mundo y el tiempo-sueño).

El mundo Bosque se propone como una sociedad utópica pero que es también marcada por la fatalidad encarnada por el humano imperialista que les hace un nefasto regalo a los athshianos: la violencia. Todo lo que muestran los terrícolas a los habitantes nativos desde el momento cero es violencia en todas sus dimensiones. Y esto es lo peor que le pudieron dar a estos seres de rama y raíz. Les dieron algo que desconocían por completo pero que ahora no pueden ignorar, aprendieron cómo matar a alguien de su misma especie y eso es algo que no pueden olvidar ni perdonar. La novela funciona como un alegato en pro de la convivencia pacífica, en contra de la opresión y el respeto al medio ambiente, pero que también pone a la violencia como semilla de todo mal. Ya que el futuro de Athshe es oscuro, después de todo, la violencia infectó a esta sociedad.