El mercader de Venecia de William Shakespeare

Título: El mercader de Venecia
Título original: The Merchant of Venice
Autor: William Shakespeare
País: Inglaterra
Año de publicación: 1596

La acción transcurre en Venecia. Bassanio, un joven veneciano de noble rango, desea contraer nupcias con la hermosa heredera, Porcia de Belmont. Pero malgastando su hacienda, Bassanio necesita de 3000 ducados para subsidiar sus gastos como pretendiente. Para conseguir el dinero, Bassanio acude a su querido amigo Antonio, un rico mercader de Venecia. Antonio acepta pero no tiene efectivo, así que ambos van al encuentro de Shylock, un judío prestamista. Y aunque Antonio y Shylock no se agradan, llegan a un acuerdo y Shylock propone una condición un tanto grotesca. 

Antonio es el héroe de esta comedia, y desde el principio expresa una inexplicable depresión y tristeza. La obra abre con él diciendo que no conoce porqué esta triste, dónde la encontró o de qué nació. Y en la misma escena también expone la idea del teatro del mundo (una idea común en su obra): “Tengo al mundo por lo que el mundo es, Graciano: la escena de un teatro, donde todos tenemos un papel; el mío es triste”. (I, i) Si hay algo que saber sobre Shakespeare es que su obra es ambigua, no hay nada que se pueda dictaminar, su obra está abierta para que la interpretes como quieras. Y para mí, la causa de la depresión de Antonio es el amor, el amor que siente hacia su amigo, Bassanio. Antonio sufre de un amor no correspondido y es la causa de su depresión, ya que Bassanio comienza a interesarse por el matrimonio. Y la mayoría de los diálogos entre ellos, Antonio expresa un notable cariño/amor por su amigo. Y esto es lo que sus amigos dice cuando estos dos se despiden: 


Salerio: […] 
            Y entonces, con los ojos en lágrimas, 
            volvió la cara y alargó su mano hacia atrás. 
            Y con cariño notablemente expresivo, 
            apretó la mano de Bassanio; así se despidieron. 

Solanio: El mundo para él solo es Bassanio. (II, viii). 


Aunque si bien para mí, la homosexualidad de Antonio es clara y su amor es casi de forma unilateral, en el acto IV, escena I, Bassanio dice algo que me hace pensar que por lo menos él es bisexual. 

Porcia es la indiscutible heroína de la historia y una de las tres figuras más fuertes de esta comedia. Como mujer, el único destino de Porcia es el matrimonio. La última voluntad de su padre fue una serie de condiciones para su matrimonio, y ella no puede elegir ni rechazar a ningún pretendiente (cosa que le disgusta enormemente, ¿quién no se sentiría igual?). Pero si tiene que casarse, lo prefiere con alguien que poco le disgusta, Bassanio. Aunque no lo ama, solo es su mejor pretendiente. 

Pero dejando la disconformidad por el matrimonio, Porcia es, para mí, bastante ingeniosa dado que es quien salva a Antonio. Decide vestirse de un hombre, un doctor en leyes, porque obviamente una mujer no tiene lugar en asuntos jurídicos; pero eso da igual, a Porcia le da igual, ella hace lo que nadie pudo hacer y con puro ingenio descubre el punto débil del acuerdo entre Shylock y Antonio. 

La obra se ha interpretado y se puede interpretar como una comedia anti-semita, y es que Shylock es el villano y como villano sale perdiendo. Pero Shylock no es un villano solo porque si, es un villano por razones y con razones para serlo. Los personajes, en especial Antonio, lo denigran por ser un judío. Él está amargado por la discriminación que sufre, y yo creo que es por eso que decide comportarse como un desgraciado. Creo que su odio, de alguna manera está justificado, él solo devuelve lo que recibe. Pero aún así, él manifiesta un discurso de empatía e igualdad: 

Shylock: […] ¿No tiene ojos el judío? ¿No tiene el judío manos, órganos, miembros, sentidos, emociones, paciones? ¿No se alimenta de la misma comida, no se lastima con las mismas armas, no se expone a las mismas enfermedades, no se cura con los mismos remedios, no se calienta con el mismo verano, y se enfría con el mismo invierno que el cristiano? ¿Si nos hacéis un corte, no sangramos? ¿Si nos hacéis cosquillas, no reímos? ¿Si nos ponéis veneno, no morimos? ¿Y si nos hacéis un agravio, no habremos de vengarnos? Si somos iguales a vosotros en lo demás, también en eso hemos de parecernos. (III, i) 

El discurso se puede extrapolar a otros ámbitos y eso es lo que lo hace genial, porque ¿Qué más da la religión, el color de piel, el género, la orientación sexual, la identidad sexual o la nacionalidad? Al fin y al cabo, todos sentimos eso que expresa Shylock. 

Comentarios

  1. Hola! Esta es de las obras que no leí, pero sin embargo disfruté de tu análisis, que voy a tener en cuenta cuando decida leerla.
    Un besote!

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas populares

Noche de epifanía de William Shakespeare

Booktag #1 Opiniones Impopulares

La señora Dalloway de Virginia Woolf